EL LADRÓN DE BICICLETAS

El Ladrón de Bicicletas (Ladri di Biciclette) es una película italiana basada en la novela homónima de Luigi Bartolini y adaptada a la gran pantalla por Cesare Zavattini, dirigida por Vittorio De Sica. Ambientada en la sociedad italiana de 1948 en la que los medios de transporte eran escasos y costosos.

Está considerada como una de las películas emblemáticas del neorrealismo italiano.

Narra la historia de Antonio un modesto padre de familia que después de mucho buscar trabajo consigue uno pegando carteles de películas, pero para desempeñar el mismo es necesario una bicicleta la que desafortunadamente le roban el primer día de trabajo  mientras pegaba un cartel de cine. Esto le supone la pérdida de su empleo. Denuncia el robo en la policía, pero las fuerzas del orden no pueden ayudarlo, ante ésta dramática situación en la que se ve envuelto, recurre a sus amigos de la limpieza pública para localizar su bicicleta, quienes juntos a el y a su hijo Bruno comienzan la búsqueda, la que los lleva hasta Porta Portese, donde ve al ladrón de su bicicleta, mientras intercambiaba información con un vagabundo de la localidad. Antonio persigue al ladrón pero no logra alcanzarlo, desesperado acude a una vidente la que prácticamente le toma el pelo diciéndole: o la encuentras ahora o no la encontrarás jamás. Antonio es victima de la desesperación la que lo lleva a plantearse que la única solución a sus males es robar una bicicleta. Mientras Bruno y Antonio esperan el autobús para regresar a su casa, Antonio se percata de una bicicleta que está sola e intenta robarla pero la muchedumbre se lanza sobre el, solo los llantos de Bruno  consiguen frenarlos e impide que su padre vaya a la cárcel. Antonio se encuentra tan pobre como antes pero con la vergüenza de haberse puesto al mismo nivel de quien lo había robado. El film finaliza con la vuelta de Antonio y Bruno a su casa mientras cae la noche sobre Roma.